La primera vez que me acerqué a una cámara fue como estudiante de Ingeniería de Sonido e Imagen, hace ya diez años. Empecé sacando fotos de mis amigos y ahora la fotografía guía mi vida absolutamente.

 

Me interesa retratar aquellos momentos que no deberían terminar nunca. Dejo que todo ocurra: como fotógrafo, no quiero ejercer más control que mirar y seleccionar. No acostumbro a dar indicaciones a modelos, prefiero limitarme a ser un testigo cercano. Quizás esto sea lo que me haya llevado a especializarme en la fotografía de conciertos y bodas. En 2019 cubrí más de veinte enlaces por toda España.

 

Mi formación como ingeniero me ha permitido dominar el equipo con el que trabajo y me hace ser exigente con el resultado final.